lunes, 29 de diciembre de 2008

Belén

Llegas a destiempo
colgada de la estrella
que te nombra,
diminuta, casi imposible,
agobiada por los embates
de tu carne cuna,
rojo universo que llora
y llora
incesante desesperanza.

No has crecido en mi vientre
pero naces de mi historia,
te gestas en mis pasos decisivos
alejándose de la mano que te toma.
Su anhelo que fue mi anhelo
te fecunda,
débil como el amor
que se busca entre las sombras.

Te imagino, chiquitita,
solitaria,
combatiendo las horas y los días
con la terquedad heredada.
Casi puedo ver tus ojos negros
reflejados en el vidrio que te guarda
y entonces quisiera susurrarte
que serás niña tan querida,
mujer valiente,
mujer amada.

Vendrás una mañana a verme
entre los brazos que tantas noches
me abrigaron,
te regalaré mis lágrimas de alegría
y nos iremos cantando bajito,
bajito,
por la senda de naranjos.


lunes, 22 de diciembre de 2008

Todo y Nada

La confianza
es un pájaro herido
que da pequeños saltos
pero no vuela,
picotea desperdicios de fe
y vomita desesperanza.

El amor
es un muelle sin navíos
sin marinos,
sin mujeres que tejen
y destejen
ilusiones
y flota solitario
añorando caricias
de alguna impulsiva tempestad.

Los sueños
son un motor averiado
mecanismo oxidado de poco uso
entumecido en las entrañas
de una máquina infernal
que ya no ruge,
ni recorre,
ni crea,
solo habita.

La vida
es un reloj detenido,
aburrido y condenado
al conteo adormecido
que ya no anuncia llegadas,
fiestas,
fugaces encuentros,
ni bautismos.

Todo se hace líquido,
todo cae entre mis brazos
liviano,
desangrado,
destruído.

Todo
se hace nada
y en esta oportuna nada

confío
amo
sueño
vivo


sábado, 20 de diciembre de 2008

Ausencia

Que parte de mi cielo
te has robado?
que esta noche
la luna
es un oscuro hueco.

Que parte de mi cuerpo
te has llevado?
que mi carne reclama
su piel
locura.

Tu brazo en alto
lamiendo azúcar,
es un ancla
en la que amarro
la memoria de tu cuerpo
regresando a ti,
yéndote de mi,
pero igual
te quedas.

Que parte de mi mano
es tu mano?
dibujándote a mi lado
en esta noche vacía
de los dos.


viernes, 19 de diciembre de 2008

Despues de todo

Después de todo -pero después de todo-
sólo se trata de acostarse juntos,
se trata de la carne,
de los cuerpos desnudos,
lámpara de la muerte en el mundo.

Gloria degollada, sobreviviente
del tiempo sordomudo,
mezquina paga de los que mueren juntos.

A la miseria del placer, eternidad,
condenaste la búsqueda, al injusto
fracaso encadenaste sed,
clavaste el corazón a un muro.

Se trata de mi cuerpo al que bendigo,
contra el que lucho,
el que ha de darme todo
en un silencio robusto
y el que se muere y mata a menudo.

Soledad, márcame con tu pie desnudo,
aprieta mi corazón como las uvas
y lléname la boca con su licor maduro

Jaime Sabines

lunes, 15 de diciembre de 2008

Lunas cunas


Nubes


Vísperas

Quizás sean estos días festivos
en que la gente olvida que hay hambre,
deudas, guerra y sangre,
y que el amor se ha vuelto una mentira,
y que el mundo es un hogar deshabitado.

Quizás sea que me he vuelto lobo,
copa derramada, cáctus
o sueño roto,
y caigo lenta y pesadamente
como árbol derribado a golpes
sobre la hierba amarilla
de tanta sal y sed.

Quizás sea ya tan igual a todo,
lo que niego y desdeño,
ciega máscara, indiferente,
renunciable,
perfectamente olvidable e
invisible,
carne, hueso, piel
y nada más.

Quizás solo seas tú
y tu ausencia repetida
y tus palabras mudas
o todo aquello que no puedes darme
para recordarme que alguna vez
he estado viva.

Pero seguramente
sea yo y tan sólo
yo,
mi única y equívoca razón
de esta insana pena,
y solo muera por esta noche
para resucitar mañana
en el vientre febril
de alguna esperanza.


miércoles, 10 de diciembre de 2008

Estados de Animo

Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.
Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.
A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.
Mario Benedetti

Lugares en blanco y negro

Padre Nuestro que estás en los cielos.....

sábado, 6 de diciembre de 2008

Se revela, fluye
vive allí adentro
donde no hay escape
donde no hay lugar
para nada más,
para todo aquello
que lo aniquile,
la rabia,
el olvido,
el temor,
el odio.

No se vence,
esgrime su más filosa
espada
contra los fantasmas
del dolor
y de esta solitaria vida
que me elige cada día,
que me ahoga,
y me encadena a un deseo
insatisfecho, hambriento
insaciable, ingenuo.

Explota, recorre,
grita,
como un condenado
a muerte
que busca ser salvado,
liberado.
Quiere darse,
hacerse piel, beso,
manos, abrigo, alas.

Y todo alrededor
se hace recipiente
donde vuelco
lo que ya no cabe
en esta fuente perpetua
con cuerpo de mujer.


miércoles, 3 de diciembre de 2008

Nido vacío

Me hiciste señales
que debí entender
como aquel gesto nuevo,
de arreglarte el pelo,
miraste como quien mira llover
un instante antes de levantar vuelo.
Volviste a tu cauce de estrella fugaz
con tu punto de fuga en el cielo
creo que ya estabas flotando quizás
un instante antes de levantar vuelo.
Ya te mojabas en otro deshielo
un instante antes de levantar vuelo.
Y todas las líneas del ecuador
y el temor y sus muchos anzuelos
todo argumento perdía valor
un instante antes de levantar vuelo
El río cambia y cambia la sed
lo habías leído en tu anhelo
estaba ya escrito mucho antes de
el instante antes de levantar vuelo

Ya me mirabas desde otro cielo
un instante antes de levantar vuelo
Jorge Drexler ("Un instante antes de levantar vuelo") 

En picada, hacia tí.........

Marcas en mi piel

Aquí y ahora

He sido tanto
y a la vez tan poco,
tenue gris de paredes viejas
descascaradas,
ásperos muros de tristeza
sosteniendo carne sórdida.

He sido el cristal reflejo
de algún deseo ausente
pero no olvidado,
y he sido puerta
no ventana,
trazos gélidos, amargos
hundidos en mi piel espina
para el tacto anestesiado.

Sin mirar he visto
he tocado, pero no sentido,
tanto tiempo se ha alejado
flotando en el sosegado río
de mi ausencia.

Pero desbordo,
desde el vacío
también desbordo.
En súbito noviembre ,
reanudo pasos
en dirección a mi,
con la valentía
del muerto de miedo,
transitando extremos
incómodos, palpitantes,
impensados, proféticos.

Estoy aqui
sintiéndome
vivir o morir,
ya no duermo
sobre mi tibia almohada
muelle,
ya no me espero
ni te estoy buscando,
voy izando velas rotas
en el bravío mar de tus ojos
donde me veo caer sonriendo.


martes, 25 de noviembre de 2008

Dos cuerpos

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.

Octavio Paz

lunes, 24 de noviembre de 2008

martes, 18 de noviembre de 2008

Un perro roto


UN PERRO PUEDE estar rengo, ronco, ciego, hambriento, descaderado, sordo, encandilado, roto, puede sacar la lengua porque está cansado e inventarse otra para lamerse; puede ser un hotel lleno de parásitos, puede llorar, aullar, desconsolarse, saberse animal y doméstico, puede no tener dios a su perruna imagen y semejanza, ni virgen maría; ni saber la hora, ni saber el año, ni saber si el frío está afuera o en sus huesos, ni saber si aquello que lo pateó es el diablo; puede entender catorce palabras de hombre, y entender que un año para él son siete años y que la muerte llega así más pronto; un perro puede estar mal, horriblemente mal, a punto de morirse, pero igual -si lo llamás con ganas- agarra y viene y te arma fiesta y te mueve la cola y se te queda al lado, por las dudas de que vos estés más triste.

Hernán Casciari

El Juego

Son pasos secretos
los que adivino,
una silla vacía
guarda tu rostro
que me mira
desde la otra esquina.

Construyo tus manos
tras el arco de mi espalda
que también te adivina
y ensaya caricias
sudores
respiros.
Flanqueo el borde
del delirio
como probando suerte
desafiando lo inevitable
resistiendo lo débil
del hilo que nos une
y nos separa.

Tiro los dados
que caen a tu favor,
juego a no perder
más puntuaciones,
y deliberadamente
te dejo ganar
apilar de a una
las fichas de mi piel
mis huesos, mis ojos
mi vientre vacío
mi pecho que desborda
gemidos
y hasta mi razón

A veces
adivino hasta tus derrotas
cuando recupero mis fichas
y quedan girando
sin sentido
sin destino
entre mis dedos
vacíos de ti
y de mí.


sábado, 15 de noviembre de 2008

Hay Lunas

Hay lunas que cuelgan
impávidas, persistentes,
golpean ventanas sordas,
pretenden miradas que se pierden
en el celoso rincón que habito
cuando la noche se cierra indiferente.

Hay otras lunas enormes,
orgullosas, altivas,
cómplices furtivas de temblores
en las horas que se atreven al amor,
espejos de fuego y piel ardiente,
manos al cielo para dos.

Hay lunas de tantos colores,
formas y destellos diferentes,
blancas de frío,
doradas como anhelos,
oscuras y dormidas
en el cono de sombra pasajero.

Ariscas uñas,
sonrisas plenas
globos, arcos, puentes
trozos de esferas cunas.

Y están las otras lunas,
eternas habitantes de mi pecho,
ocultas, pero vivas,
porfiadas obreras de sueños,
coronas de lobos solitarios y feroces,
llama poderosa de vida ,
motor incansable de deseo.

Esas son las que me alumbran.


martes, 11 de noviembre de 2008

El Pozo


Me asomo a tu boca
y siento sed.
Tu boca que se despide en lo profundo
hoyo oscuro, hueco
eco lejano y débil,
y siento sed.

Sed de tu boca fresca
y de aquella también ardiente,
lengua que no me pronuncia
ni me abraza,
y en todo mi cuerpo
siento sed.

Inútiles,
la garrucha y el pozal
pretenden beberte,
pero apenas traen de ti
el aire que me dejas,
aire que falta,
aire que no respiro,
si no estoy bebiendo
de tu boca.

Cabo Polonio

Cabo Polonio

El Diario de Hoy


El bombero vecino.
TENGO UN VECINO que es un bombero jubilado. Gran fiesta el día que le fue concedida la jubilación, finalmente libre para dedicarse a sus propios asuntos.
Pasan algunos meses y mi vecino un día baja al jardín con una manguera para regar las flores. Pasa algún tiempo y sustituye la manguera por una más grande. No más larga, sino de un diámetro mayor. Hizo instalar una bomba, de modo que el agua sale con fuerza, más lejos. En los intervalos entre una regada y otra, lustra el extremo de metal con una franela para que no se oxide.
Llega el otoño y mi vecino primero enciende un fuego con las hojas secas, después uno con arbustos, y todo para al final apagarlo con la manguera. Pero no parece satisfecho. Tiene la mirada perdida, mira mi casa de arriba a abajo, como si evaluara la superficie, y entretanto no hace otra cosa que asegurarse de que su bomba funcione bien. Espero aterrorizado el invierno.

(Texto de Guillermo Piro)

sábado, 8 de noviembre de 2008

Baños matinales de un sábado cualquiera

Esta mañana no podía dormir. Anoche tampoco dormía.
El teléfono sonó, sonó la voz lejana, sentía los pasos, los pájaros.
La mano del hombre que recortaba setos me distraía.
Ladró un perro, ladraron dos.
El mundo giraba y yo giraba fuera de él.
Desisto del sueño, de todas formas, cuando sueño continúo vigilias, retomo escenarios que parecen no dejarme, me acechan en esa oscuridad indominable donde no puedo ser ni dueña de mí.

Al menos despierta podré intentar soñar algo que yo decida.

Estiro mis piernas, mis brazos, mi espalda, minimizo mis ropajes (hace calor) y voy por un café, fuerte, amargo y milagroso. De esos que me gustan.

Me sumerjo en las aguas del temazcal, y de a poco, el ruido de la corriente, las semillas, las aves y los instrumentos de viento y percusión me alejan de aquí. Aromas de copal se mezclan con el café humeante y siento que renazco. No es casualidad.
Me gusta este ritual de purificación matutina, prácticas de iniciación para un cuerpo acabado, que tiende puentes, que me lleva a una tierra lejana que añoro pero es también mi tierra, me lleva a los amigos, al amor, me devuelve algo de cada pérdida, pero con un color diferente.
Todo es diferente al día siguiente.

Transpiro desesperanzas y desganos.
Vacío.
Inicio.
Impulso.

Una voz me da los buenos días.
Converso. Conversamos.
Hablamos de resacas, de adicciones buenas y malas, de ataduras, de sabores, de teorías.
El anota.
Yo corrijo.
Pretendo decir humor y digo amor. Será que el humor me sobra?
(Eso lo habrá anotado?)

Con la última nota del Malitzin, salgo al vapor de la mañana y se me antoja sentarme bajo el ciruelo. Primera decisión mal tomada, me digo, cuando comienza a llover intensamente apenas terminaba de sentarme sobre el pasto. Pero como soy terca, y suelo resistirme, esta vez decido que mi decisión será buena.

Entonces cierro los ojos y me mojo.

A que debería temerle?

Ventana sobre la palabra

Magda Lemonnier recorta palabras de los diarios, palabras de todos los tamaños, y las guarda en cajas. En caja roja guarda la palabras furiosas. En caja verde, las palabras amantes. En caja azul, las neutrales. En caja amarilla, las tristes. Y en caja transparente guarda las palabras que tienen magia.

A veces, ella abre las cajas y las pone boca abajo sobre la mesa, para que las palabras se mezclen como quieran. Entonces, las palabras le cuentan lo que ocurre y le anuncian lo que ocurrirá.

Eduardo Galeano

Cabo Polonio


Cabo Polonio


viernes, 7 de noviembre de 2008

Punto Muerto

No hablaba, no oía, no miraba
transitaba una y otra vez
entre decisiones detenidas
en punto muerto.

Sentía pero no creía
rasgaba la pared
imposible del olvido
y las manos sangrantes
tocaron punto muerto.

El humo habitó su boca
y vació palabras sin destino
agudos pensamientos febriles
de una noche
en punto muerto

Ahogó en un puño el papel
de su historia inútil
derramó sal y anhelos
sobre su pecho abierto
que ya latía mudo
en punto muerto.


lunes, 3 de noviembre de 2008

Cabo Polonio


Cabo Polonio


Cabo Polonio




Cabo Polonio




Existe un lugar donde el Pampero moldea su silueta y entonces cambian las visiones como cambia el tiempo, el viento y el corazón del hombre. Su pulso fue mi pulso, en este noviembre que no supo ser abril y ya no sabía cómo esperar.

Sur y norte en alternancia refugia puñados de pasos vagabundos y los que allí llegan por caminos heroicos y demorados jamás olvidan su lenguaje, se enamoran, se hacen viento, mar y arena.

La noche es tan abrupta que duele mirar estrellas, y el destello de un alto guía, preciso y oportuno, marca el rumbo hacia la costa a los navegantes, los amantes fugaces y las almas sedientas de soledad y asombro.



L.

martes, 28 de octubre de 2008

Salgo


Transito


Respiro


La otra cara de la memoria

Salgo del laberinto de la memoria
tambaleando mi humanidad
hasta la congoja.
Me reprocho esta tarde de angustia
entre botas, diarios, puertas,
cacerolas y las fotos
de los que cuelgan ,
suspendidos en el tiempo inconcluso
como esperando volver y ser abrazados.

El sendero me mira cauteloso
me percibe frágil y calla.
Me siento, respiro
transito interiores y exteriores
entre visiones opuestas.
Mujer, jardín.
Dolor, belleza.

Mis pies lastiman hojas secas
que se quejan a mi paso,
pero,
están muertas?
porque las siento susurrar bajito?
no olvides,
no olvides,
solo así valdrá la pena.


domingo, 26 de octubre de 2008

Nunca Más



"Los viejos amores que no están,
la ilusión de los que perdieron,
todas las promesas que se van,
y los que en cualquier guerra se cayeron.
Todo está guardado en la memoria,
sueño de la vida y de la historia.
El engaño y la complicidad
de los genocidas que están sueltos,
el indulto y el punto final
a las bestias de aquel infierno.
Todo está guardado en la memoria,
sueño de la vida y de la historia.
La memoria despierta para herir
a los pueblos dormidos
que no la dejan vivir
libre como el viento.
Los desaparecidos que se buscan
con el color de sus nacimientos,
el hambre y la abundancia que se juntan,
el mal trato con su mal recuerdo.
Todo está clavado en la memoria,
espina de la vida y de la historia.
Dos mil comerían por un año
con lo que cuesta un minuto militar.
Cuántos dejarían de ser esclavos
por el precio de una bomba al mar.
Todo está clavado en la memoria,
espina de la vida y de la historia.
La memoria pincha hasta sangrar,
a los pueblos que la amarran
y no la dejan andar
libre como el viento......."
Leon Gieco

Nunca más


ESTAS CAIDO
Estás caido
bajo unos eucaliptus
con las palmas de las manos abiertas
mirando para arriba.
Estás tendido en la hierba
y un poco de sombra
se acompasa con un poco de sol a medias,
entibiándote la cara;
la tarde calurosa de octubre
se pone de pie
y te descubre.
Un poco más allá
-tal vez no alcances a ver-
un tronco retorcido,
grueso sugiere un cielo
y el canto de las aves.

Ibero Gutierrez

Desde el Jardín


Desde el Jardín


Desde el jardín


Historia del hombre que en el alto cielo amó a una estrella y por ella fue abandonado

Había robos pero no había ladrones en el valle del Cuzco.
Los robos ocurrían durante la noche, en el huerto que tenía las mejores papas. El dueño vigilaba, toda la noche pasaba sin cerrar los ojos, pero en algún momento se le caían los párpados y en ese instantito desaparecían las papas dejando agujeros recién escarbados en los surcos.
Una noche, el hombre mintió. Se acostó a pata suelta, en medio del plantío, y roncando espiaba con un ojo. Y así pasaron las horas, y cuando no mucho faltaba para el amanecer, un violento resplandor lo hizo saltar.

El susto de tanta luz lo dejó ciego. No eran ladrones: eran ladronas.
A manotazos consiguió atrapar a una. Las demás huyeron en ráfaga hacia el cielo y allá en lo alto quedaron, encendiendo el fin de la noche.
La estrella prisionera prometió devolver todas las papas, y suplicó: - No me obligues a vivir en la tierra.
Pero él no la soltó. Cubrió con ropa de lana su luminosa desnudez y la encerró en su casa.
Al tiempo tuvieron un hijo que murió al nacer.

Y un atardecer en un descuido, la lumbrera escapó a las alturas. Gracias al cóndor, el hombre subió tras ella. El hombre e y el cóndor iban envejeciendo en la larga travesía, y tenían siglos de edad cuando el viaje culminó. Pero no bien llegaron, se sumergieron en el lago del tiempo, y nadaron, y emergieron jóvenes. Y entonces él se lanzó a recorrer la resplandeciente bruma de la Vía Láctea. Y en la peregrinación, reconoció a su estrella. Y le suplicó que lo dejara estar.

En un escondite del cielo, vivieron juntos. Cada atardecer, ella se iba con sus hermanas, a iluminar la noche del universo. Y cada amanecer volvía, y traía alimentos terrestres que encontraba deslizándose en los graneros del sol y de la luna..

Así fue lo que fue, hasta que ya no fue. Una mañana la estrella no llegó, y nunca más llegó, y el hombre deambuló por la fría neblina del cielo, hambriento y solo, llamándola a gritos. El cóndor lo devolvió a la tierra, y en la tierra murió de pena.

Nada alcanzó a contar. De su boca, que no abría ni para comer, no salió palabra. Quizás porque había quedado embobado, estrellado; o quizás porque presentía que aquí en la tierra tomarían su historia por evidente mentira o alucinación de un pobre mortal creyéndose dios en el trono del reino de la noche.

En cuanto a ella, los estrellólogos no coinciden. Hay quien dice que le desenamoró el amor y hay quien dice que no hay por qué llamar amor a lo que fue lástima o curiosidad.
Algunos sostienen que ella echó al hombre porque no quiso verlo morir. Según estos especialistas, las estrellas no entienden nuestra costumbre de vivir nada más que un ratito, y tampoco entienden nuestras ganas locas de subir al cielo: nada saben las estrellas del humano morir, pero sí saben que más allá de la nubes no puede la gente renacer en los hijos que tiene, ni en las papas que planta, ni en los amores que deja.
Otros opinan que fue un adiós obligado. El sol y la luna habrían advertido a la estrella que debía buscarse otra galaxia donde vivir con el intruso.
Así, no se podría seguir: en cada pelea conyugal, el hombre envejecía cien años y ella quedaba completamente a oscuras. Es verdad que después, cuando los dos se perdonaban la estupidez de odiarse, él recuperaba el siglo gastado y ella multiplicaba su esplendor; pero la paz del firmamento no podía permitirse aquellos sobresaltos. Y fue entonces, al parecer, que los amos del cielo decidieron renunciar a las papas, que tanto les gustaban, y el camino hacia la tierra fue borrado por siempre jamás.

La estrella se arrepintió de haber obedecido la orden que la condenaba a la soledad.
Así lo afirma un estudioso que se ha pasado la vida fotografiando a las estrellas fugaces. El está seguro, y dice tener pruebas,: las estrellas fugaces son todas iguales, por que todas son una. Esa única luz, errante y mojada, es la estrella que una vez conoció el peligro y la fiesta del abrazo humano., y se asustó y huyó y fue perseguida y encontrada. Desde entonces su cuerpo mudo, que por el hombre cantó, supo que había nacido para ser dos o ninguno: y ahora anda volando locamente, a través de la noche, en busca del perdido camino de este mundo.

Eduardo Galeano (Las Palabras Andantes)