martes, 11 de noviembre de 2008

El Pozo


Me asomo a tu boca
y siento sed.
Tu boca que se despide en lo profundo
hoyo oscuro, hueco
eco lejano y débil,
y siento sed.

Sed de tu boca fresca
y de aquella también ardiente,
lengua que no me pronuncia
ni me abraza,
y en todo mi cuerpo
siento sed.

Inútiles,
la garrucha y el pozal
pretenden beberte,
pero apenas traen de ti
el aire que me dejas,
aire que falta,
aire que no respiro,
si no estoy bebiendo
de tu boca.