jueves, 29 de enero de 2009

Viajeros


El viajero es una luz erranteque brilla cegadora en los caminos
y en las aguas
se hace débil en los puertos y en los muellespero jamás, jamás se apaga!
Su carga no pesa
porque no pesan los sueños que se alcanzan,sus pies son como ruedasque giran tercas, infatigables
en la arena blanda.


Hace de su cuerpo una casa,
de sus manos velas al vientosurcando la púrpura línea lejanay nunca se detiene porque sabeque no se detiene el mundoni la brisa
y que la vida es un solo instante


Y se va,
siempre se va
a paso lentourgando en los mapas del tiemposu esperanza.

lunes, 26 de enero de 2009

Final

Cuando te sientas sola
frente a la oscura puerta,
y aquella lluvia incierta
toque tu sien y corra

Recuérdame,
mi mejor vez.
Recuérdame,
la espina no, la flor, la flor
(si es que hubo flor...)

Cuando la luz del día
te recobre sin nadie,
sólo el árbol y el aire
en la plaza sombría

Todo fue andén distante,
sin voces y sin humo,
lugares en que hubo
un triste visitante

Recuérdame,
mi mejor vez.
Recuérdame,
la espina no, la flor, la flor
(si es que hubo flor...)

Ahora que no hay nada
sino fotografías,
cartón donde la vida
es rosa imaginada

Recuérdame,
mi mejor vez .
Recuérdame,
la espina no, la flor, la flor
(si es que hubo flor...)

Eduardo Darnauchans

Atardeceres


Fuego,
voy
llamas
dentro.
Sangre naranja
naranjas sueño.
Ardo, ardes,
cenizas
no!
fuego, siempre
fuego!

martes, 20 de enero de 2009

Siluetas

Liberación

Hay un cajón
dentro una caja
y en la caja
un sobre,
palabras recortadas
solas, entreveradas.
Hay un corazón pujante
henchido, sangrante
y vivo,
cobarde.
Hay una foto,
dos fotos, un ayer
y un mañana.
Manos bravías
liberan,
pronuncian,
rescatan,
alas de pájaros
heridos
revolotean el
incierto horizonte.


miércoles, 7 de enero de 2009

A esta hora

El libro duerme sobre la mesa,
la esfera del tiempo
gotea minutos lánguidos,
crueles agujas
hostigando mi almohada
aburrida
de oírme respirar.

A esta hora,
no todos los días
ni cada noche,
pero a esta hora
quisiera decirte que me urges,
y no hay manera,
no hay abrazo posible,
ni
me gustas!
ni
me sientes?
solo el latido que apremia
y tortura
la carne débil.

Gira el cristal entre mi mano
como buscando las tuyas
entre los frutos perfectos,
desciendes en mi boca
hasta la sangre,
en tánico caudal
acariciando mis venas,
que después de ti
saben a tierra,
moras, lluvias y
madera.

Es el silencio nuestro aliado,
la distancia, mi condena
pero a esta hora
de fiebres y demonios,
te he encontrado,
amor,
y me has habitado
sin darte cuenta.