martes, 18 de noviembre de 2008

El Juego

Son pasos secretos
los que adivino,
una silla vacía
guarda tu rostro
que me mira
desde la otra esquina.

Construyo tus manos
tras el arco de mi espalda
que también te adivina
y ensaya caricias
sudores
respiros.
Flanqueo el borde
del delirio
como probando suerte
desafiando lo inevitable
resistiendo lo débil
del hilo que nos une
y nos separa.

Tiro los dados
que caen a tu favor,
juego a no perder
más puntuaciones,
y deliberadamente
te dejo ganar
apilar de a una
las fichas de mi piel
mis huesos, mis ojos
mi vientre vacío
mi pecho que desborda
gemidos
y hasta mi razón

A veces
adivino hasta tus derrotas
cuando recupero mis fichas
y quedan girando
sin sentido
sin destino
entre mis dedos
vacíos de ti
y de mí.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dejá vú

quiero creer
creer, creer
que ya lo vivído
vívido
no fue o fue..
y lo sueño, existiendo
y vuelve sin volver
volviendo
lo creo dentro, nuevo
pero no sé, dudo
y desdudo y nudo
desato, sin desatarme
no logro
escapar,
ni quiero, ya.

k

Anónimo dijo...

Cuando desato los nudos
de aquello que fue
y tal vez será,
de todo lo aprendido
y por desaprehender,
solo quedo yo,
mis ansias y yo
mis ansias de mi,
íntima señal punzante,
lengua delatora
de mi entraña,
reclamante de vida,
un minuto más
de vida,
vida por merecer
vida para no morir
en este cuerpo adormecido.

L.