sábado, 29 de octubre de 2011

Purga - Sofi Oksanen


Días atrás, leyendo el suplemento cultural de un conocido diario uruguayo, un artículo llamó mi atención inmediatamente. Quizás fue el joven rostro de la autora mencionada en él, cuya palidez contrastaba abruptamente con las coloridas rastas que le caían sobre los hombros. Quizás fue el título del libro, que se me hacía seductor por el solo hecho de sugerir una búsqueda de purificación, de cierta limpieza de algo que aún desconocía.
Pero lo que terminó de alentarme a leer el libro fue la propia historia. Una historia que recorre en un permanente vaivén temporal y emocional, las crudas vivencias del pueblo estonio desde antes de la ocupación soviética hasta los años noventa, poco tiempo después de la desintegración de la URSS

"Aliide Truu miraba fijamente a la mosca y ésta le devolvía la mirada. Aquellos ojos globulosos le provocaban náuseas. Era una mosca excepcionalmente grande, ruidosa, ansiosa por poner huevos. Mientras aguardaba en la cocina, se frotaba las alas y las patas sobre la cortina, como preparándose para comer. Buscaba carne, solo carne.  Las mermeladas y el resto de las conservas estaban a salvo, pero la carne no. La puerta de la cocina se hallaba cerrada. La mosca esperaba."

Así comienza Purga, la tercera novela de la finlandesa Sofi Oksanen. Una narración que utiliza un lenguaje tosco, duro (por momentos demasiado duro), que nos hace casi respirar ese aire espeso y maloliente que brota de las cocinas, las camas que huelen a cebolla como los hombres que duermen en ellas y los poros de algunos personajes tan putrefactos como la carne donde finalmente la mosca, que siempre gana, deposita sus larvas y luego, todo está perdido.

La novela narra la historia de Aliide Truu, una anciana que vive y resiste en una despoblada zona rural del este de Estonia, ya recuperada la independencia del régimen comunista soviético, y de Zara, una jóven rusa que aparece una mañana en su jardín como un "extraño bulto" cubierto de barro, harapiento y sucio, y de cómo la relación entre ambas mujeres va revelando un pasado común marcado por el miedo, la humillacíon, las violaciones y la tortura sistemática de un pueblo que ha sufrido, como tantos, el peso de la dominación, el abuso y la discriminación étnica y política. Creo que este es el verdadero motivo para leer Purga: un libro que nos ayuda a entender el sufrimiento, el pasado que no debe repetirse y cómo un ser humano que es vícitima del horror y la violación sistemática de sus derechos más fundamentales, puede convertirse a su vez en victimario, en un espejo de su propio verdugo.

Pero en esta lúgubre historia, narrada en un lenguaje detallista hasta la crudeza y sin ninguna clase de tapujos (y por momentos, hasta poético), también hay lugar para el amor, un amor que a veces nos muestra su peor cara, irracional, egoísta, mezquina, y otras, se revela como un rayo de luz en la oscuridad de un húmedo refugio donde ni siquiera hay lugar para la cordura.

Una noche más aquí. Ingel y yo estuvimos pensando en que tenemos que ir a buscar a Linda. Con su ayuda seguro que lo conseguiré; no importa el tiempo que tarde.
No soy libre todavia, pero pronto lo seré, y siento mi corazón ligero como una golondrina.
Pronto estaremos juntos los tres.
Hans Pekk,
hijo de Eerik,
campesino de Estonia.

Quizás el Premio a la Mejor Novela Europea del Año 2010 le quede un poquito grande a Purga. Quizás no. Los premios no son más que valoraciones subjetivas de algunos que los otorgan, como la mia al escribir lo que estoy escribiendo.
Seguramente Purga no es libro que vas a leer una y otra vez siempre con el aliciente de un nuevo hallazgo o que irás recomendando por ahí a ojos cerrados.
Pero sin temor a equivocarme, puedo decir que Purga es un libro que conmueve, que nos hace tambalear hasta los huesos, que permite entender un poco más uno de los capítulos más duros de la historia europea y hasta donde pueden llegar los límites del sufrimiento humano que va carcomiendo nuestro espíritu hasta transformarnos en seres absolutamente desconocidos, incluso para nosotros mismos.







1 comentario:

Anónimo dijo...

lo leí este verano, excelente descripción, ya puedes subir al piso 7 ( hace rato )