domingo, 29 de enero de 2012

El discurso vacío - Mario Levrero

"Aquello que hay en mí, que no soy yo, y que busco.
Aquello que hay en mí, y que a veces pienso que
también soy yo, y no encuentro.
Aquello que aparece porque sí, brilla un instante y luego
se va por años
y años.
Aquello que yo también olvido.
Aquello
próximo al amor, que no es exactamente amor;
que podría confundirse con la libertad, 
con la verdad
con la absoluta identidad del ser
y que no puede, sin embargo, ser contenido en palabras
pensado en conceptos....."


"Hoy comienzo mi autoterapia grafológica. Este método (que hace un tiempo me fue sugerido por un amigo loco) parte de la base - en la que se funda la grafología- de una profunda relación entre la letra y los rasgos del carácter, y del presupuesto conductista de que los cambios de la conducta pueden producir cambios a nivel psíquico. Cambiando pues la conducta observada en la escritura, se piensa que podría llegarse a cambiar otras cosas en una persona"

"Bien. Otra vez estoy desviándome y prestando poca atención a la letra y mucha a los contenidos, lo cual es antiterapéutico, al menos en este contexto terapéutico que he elegido. No me cabe duda de que, en otro contexto terapéutico, la desviación antedicha es deseable y positiva; pero no debo mezclar los planos de trabajo, y debo ceñirme a lo que me he propuesto, es decir, una especie de escritura insustancial pero legible"

"Debo, pues, comenzar a limitarme a frases simples, aunque me suenen vacías o insustanciales..."


" Debería conseguir una serie de frases para hacer "planas", como las que usaba para aprender a escribir a máquina: puerto europeo, quiero pupitre, tu potro torpe, salsa salada, alhaja falsa. Pero este tipo de trabajo monótono me aburre..."

"Llega mi mujer a fastidiar. Es tremendamente celosa de mi soledad; no hay caso de que alguna vez me vea concentrado en algo distinto de ella, que no trate por algún medio de desconcentrarme, hacerme perder el hilo, el clima, desparramar mis jugos cerebrales en todas direcciones. En mi experiencia, se trata de una ley general. También en la experiencia de algunos hombres que conozco. Pero es algo que no termino de entender bien y que me estropea bastante la vida..."


"De todos modos, aun cuando esta creencia mía sea errónea, me resulta útil (en verdad, no conozco ninguna creencia auténtica, es decir, coherente con la realidad, que arroje resultados prácticos interesantes. Aunque toda creencia es falsa, es decir, no coherente con la realidad de los hechos, en tanto que una creencia es algo limitativo, pobre, incapaz de abarcar toda la rica variedad y dimensionalidad del Universo; pero justamente por ser limitativa y mientras no sea descabelladamente delirante - y a veces a pesar de serlo - la creencia produce un efecto sumamente eficaz, concentrado, en toda acción. De modo que para triunfar en la vida es preciso creer en algo, o sea estar, por definición, equivocado)."

"Es apropiado y positivo tener un rito como este de escribir todos los días como primera actividad. Tiene algo del espíritu religioso que tan necesario es para la vida y que, por distintos motivos, he ido perdiendo cada vez mas con los años, acompañando en este proceso a la Humanidad. Me fastidia ser tan influenciable y dependiente de una sociedad con la cual no comparto la mayor parte de sus opiniones, motivaciones, objetivos y creencias....
La verdad de los hechos es que no somos otra cosa que un punto de cruce entre hilos que nos trascienden, que vienen no se sabe de dónde y van no se sabe adónde..."


"Soy un chico malo. Hace varios días que no hago mis deberes. También hace muchos días que no me baño. Huelo muy mal."

"Pero en esta casa lo que prima no es mi criterio, sino que se vive una rígida estructura determinada por la Limpieza, la que pasa a ser un valor que se ubica por encima de la Gente y de la Vida."


"La Vida, con su propia lógica, sus propios anhelos y necesidades, tanscurre en alguna parte, pero no aquí. Aquí transcurre la improductiva soledad del preso, el frío interior que el verano no disipará. El tiempo no corre junto a nosotros ni nosotros sabemos jugar con el tiempo; el tiempo es sólo un asesino, lento pero seguro, que nos mira con un dejo de burla por debajo de su guadaña, y nos permite ir disfrutando en cómodas cuotas del frío que nos está esperando en la tumba que lleva nuestro nombre."

"Debo caligrafiar. De eso se trata. Debo permitir que mi yo se agrande por el mágico influjo de la grafología. Letra grande, yo grande. Letra chica, yo chico. Letra linda, yo lindo."


"..."soy el artífice de mi destino", es una pretensión tal vez excesiva, pero pienso que a veces no está mal apuntar demasiado alto, sobre todo en un medio donde todo condiciona a que se apunte bajo, y donde la mediocridad es uno de los méritos mas celebrados.."


"Esa es la clave. Recuperar el contacto con el ser íntimo, con el ser que participa de algún modo secreto de la chispa divina que recorre  infatigablemente el Universo y lo anima, lo sostiene, le presta realidad bajo su aspecto de cáscara vacía."


"Ese disgusto tiene que ver, según he podido percibir, con el hecho de llevar ya demasiado tiempo viviendo fuera de mí mismo, ocupándome de cosas que suceden fuera de manera exclusiva...No importa qué es lo que se está viviendo cuando uno está apartado de Sí Mismo; todo carece igualmente de peso, todo transcurre sin dejar ninguna huella memorable.."


"Tengo plena conciencia de que estos ejercicios caligráficos han ido derivando en ejercicios narrativos; hay un discurso -un estilo, una forma, más que un pensamiento- que se impone ansiosamente a mi voluntad."


"Hay un fluir, un ritmo, una forma aparentemente vacía; el discurso podría tratar de cualquier tema, cualquier imagen, cualquier pensamiento. Esa indiferencia es sospechosa; presiento que tras la apariencia de vacío hay muchas, demasiadas cosas.."

" Cree la gente, de modo casi unánime, que lo que a mí me interesa es escribir. Lo que me interesa es recordar, en el antiguo sentido de la palabra (=despertar). Ignoro si recordar tiene relación con el corazón, como la palabra cordial, pero me gustaría que fuera así.
La gente incluso suele decirme: "Ahí tiene un argumento para una de sus novelas", como si yo anduviera a la pesca de argumentos para novelas y no a la pesca de mí mismo. Si escribo es para recordar, para despertar el alma dormida, avivar el seso y descubrir sus caminos secretos; mis narraciones son en su mayoría trozos de la memoria del alma y no invenciones"

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