lunes, 26 de octubre de 2009

Indiferencia




Creer que somos invisibles, intocables
que el brazo que esgrime el puñal del dolor
no es lo suficientemente largo, ni aplastante,
ni siquiera incómodo.
Creer que siempre estaremos del otro lado
de este lado, el de los justos, el de los inocentes
merecedores de toda exoneración
aislados, inmunes a la mordida del hombre.

Creer que párpados abajo callamos nuestras culpas
que no somos dioses - pero está escrito -
tampoco humanos.
Creer que si dejamos de escuchar
las voces serán calladas
y las marchas fúnebres habrán de cesar
su lastimoso, punzante quejido.

Creer?. O no creer en nada?
Sentarnos a esperar que la vida se pronuncie
con todo el peso de lo que no hemos hecho
ni jamás haremos por aquellos,
los del otro lado.

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