lunes, 20 de julio de 2009

Peregrinaje

A veces me voy por aquellos caminos
en los que no hay habitante posible
ni decible
donde nada hay más que el eco
de todas las voces que fueron
y ahora callan.
Y en el paso lento de mi desidia
voy solo mirando, descartando
dejando la senda llena de migajas
por si acaso, por si las dudas,
o por nostalgia
he de volver a casa.

Siempre he de volver
porque en ella está el fuego
hay amores, hay esperanza
pero es una casa que está sola
deshabitada
arrinconada en algún vestigio de alegría
y optimista hasta las lágrimas.
Mi casa siempre llama, me acoge
en los húmedos días de añoranza
me habla, me argumenta
insiste en ilusiones infantiles
y yo, con mi afán de eterna peregrina
loca de desesperanza
la abandono inevitablemente
cada otoño de hojas desgastadas.

2 comentarios:

evest dijo...

Al leerte, pienso si ese "volver" no es comparable con el testimonio de un ser que sueña, de un ser que se pierde, de un ser que huye de nuestro ser... cuando se reencuentra, transforma, cambia, porque la experiencia de todas las vivencias acumuladas hace la diferencia...

un abrazo!
eve

Patricia dijo...

lo que piensas es muy preciso eve...

quizas tambien sea ese espacio que naturalmente habitamos y a la vez nos habita, ..nuestra esencia, nuestro refugio de confianza y de fe...nuestro hogar mas intimo, volver un poco al utero, a lo que somos desde el inicio, a pesar de que a veces, nos perdemos, nos alejamos, también de nosotros mismos...

abrazos y gracias por tan lindas palabras!

L.