Hoy quiero llorar
tender mi humanidad sobre la sábana
y llorar, llorar, hasta que no haya nada
que llorar.
Quiero dejar afuera las calles, las bocinas
el ruido de la gente y del día blanco, espeso,
y hasta mi propio ruido,
llenar mi pelo de estrellas mojadas,
remontar al cielo de mi casa los deseos fríos,
desgastados,
y soltar la soga, solo dejarlos flotar e irse,
como si nunca hubiesen crecido en este pecho.
Hoy quiero derramar torrentes,
cascadas de ilusiones, cuerpos distanciados,
trampas, dudas,
y algunas certezas
y algunas caricias
y verdades como agujas.
Hoy quiero vaciarme,
vaciar mi cuarto de piedras,
mis brazos de memoria,
mi vientre de cenizas,
quiero llorar este mundo infame
y tan hermoso,
hasta la ultima gota.
Y se me ha colado un desierto por la mirada
donde me encuentro tirada,
en esta noche áspera e inútil,
sin poder derramarme,
ni derramarte.
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