La mañana es un peso brumoso
está fría, está sola
los pasos no suenan
ni suenan canciones
entre el humo de estos pensamientos
lejanos, quietos, entregados.
Allí adentro, los grises,
dan su batalla.
Aquí, afuera,
la mujer que soy le sonríe a la ilusa certeza
de que el asombro
aún espera.
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